jueves, 3 de febrero de 2011

Islas Eolias (y2)

7 septiembre 2009
Hoy el mar estaba más en calma y nos dirigimos a la excursión que habíamos contratado para ver Lípari y Vulcano. En el barco las explicaciones eran en inglés, francés, italiano, ruso pero nada de español. Podían tener algo de consideración con los turistas españoles, pero parece que somos muy pocos los que visitamos las eolias.
Nuestra primera parada en un par de horas en Lípari. Tenemos el tiempo suficiente para visitar la catedral de San Bartolome, parte de las ruinas y pasear por los dos puertos de la isla. La catedral tiene un techo decorado con excelentes pinturas, pero bastante restaurado. Esta catedral fue construida a principios del siglo XI por el rey normando Roger I en honor al patrón de la isla: San Bartolomé, y hay una escultura plateada del santo.


Llegada al puerto de Lípari


Techo de la catedral de Lípari


Puerto de Lípari

Mientras esperamos al barco que nos lleva a la isla de Vulcano, tenemos tiempo para comprar algunos alimentos típicos sicilianos, y para ver el cementerio que está junto al puerto pequeño. En Sicilia hay bastante respeto a los muertos, y se pueden apreciar bastantes esquelas por las calles en su honor.
La isla de Vulcano tiene varios focos volcánicos en activo, y algunos baños de lodo. Al llegar el olor a azufre es bastante fuerte; el típico olor a huevos podridos. 


Costa de Vulcano


Costa de Vulcano

Existe la posibilidad de bañarse en los baños de lodo, pero tenéis que llevar un bañador que sea muy viejo, pues con toda seguridad lo tendréis que tirar pues el olor se queda impregnado durante bastante tiempo. Hay que pagar una entrada simbólica para entrar al recinto, y luego hay que pagar un par de euros para usar las duchas. La experiencia es bastante desagradable y hay que tener cuidado con todos los objetos metálicos, incluidas las cámaras de fotos.


Baños de lodo en Vulcano

Después de la comida tomamos el barco de nuevo, que nos lleva a recorrer la costa alrededor de la isla de Vulcano que está muy cerca de la de Lípari. En esta zona hay varios islotes pequeños y formaciones extrañas junto a los acantilados de ambas islas. Pudimos entender que cada una de las formaciones tiene un nombre diferente porque parecen simular animales, objetos y escenas entre varios personajes, pero desgraciadamente no hay ninguna explicación en español. 


Costa entre Vulcano y Lípari


Costa entre Lípari y Vulcano


Costa de Lípari


Estrecho entre Vulcano y Lípari

El mar comenzó a ponerse bravo de nuevo y durante una hora de trayecto hasta Milazzo estuvimos dando botes. No sabíamos que el Mediterráneo podía ser tan potente. Llegamos a nuestro hotel un poco mareados y con olor a azufre de los barros de Vulcano. Este olor duraría bastantes días en la piel, y el bañador directo a la basura. Preparamos las maletas para nuestro siguiente destino: Taormina.

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